lunes, 27 de enero de 2014

QUESADA MERIJELLEN: La belleza está en el interior...

La Quesada Pasiega, conforme la Wikipedia (origen de todo mi conocimiento...) es un postre típico de los Valles Pasiegos, y uno de los más representativos de Cantabria. Se compone de leche de vaca cuajada, que se acompaña de mantequilla, harina de trigo, huevos y azúcar, y lo más importante, está de muerte...

Acariciar el dorado sueño de ejecutar una Quesada en condiciones, no debería de formar parte de mis aspiraciones culinarias (aún tengo problemas para cocer el arroz, ergo...) pero qué le vamos a hacer, "una" es pretenciosa desde que nació.

Galletas de chocolate, vale, bizcocho de yogur, bueno, algún que otro flan de café, bien, pero ponerme a hacer una Quesada...

Bueno, bien mirado, hoy en día, y gracias a las nuevas tecnologías, podemos encontrar manuales para todo, y digo yo, que por qué no encontrar uno para hacer una QUESADA de rechupete...

Bien, pues no es que resulte fácil hacerse con un sencillo manual, es que como se te ocurra buscarlo en Google, así de primeras, te puedes topar con 300, y 300 manuales distintos para hacer una sola y genuina Quesada, me parecen demasiados.

Y es que con la cocina, en la actualidad, es como con todo, sufrimos un exceso de información, que si bien de primeras es sanísimo, de segundas puede acabar ocasionando más de un aneurisma.

Así las cosas, y con más de 20 referencias "creíbles" de la auténtica Quesada pasiega, decidí no arriesgarme, y acudir a la fuente, a la única, a la incomparable, a mi maestra jedi, a, como no... Simone Ortega



Bonita receta con aire "vintage" de la Quesada de los eggs (de los 3 eggs para ser más exactos...)

Visto lo visto, y más emocionada que una niña con libro de recetas nuevo, decidí que, siguiendo sus pasos, nada ni nadie podría detenerme en la perfecta ejecución de la Quesada.

Provista de todos los ingredientes (para 4 personas, o 2 de buen comer):

50 gramos de queso pasiego sin prensar o de Burgos o manchego fresco (en mi caso opté por una tarrinita de unos 62 gramos de queso de Burgos sin sal)

200 gramos de azúcar

1/4 l de leche

3 huevos

1 Tazón de migas de pan

La cáscara de 1 limón rallada y

25 gramos de mantequilla



Esta también me ha quedado vintage, pero con su toquecito de color...

Me dispuse a ejecutar la receta.

Desmigué una barra de pan enterita (que esta es otra, lo mismo en la época de Simone Ortega el pan se dejaba desmigar bien, pero lo que es ahora, vaya asco de panes que tenemos...)



Foto super mona de la miga de pan que más parece el arranque de una de 007 que otra cosa...

Puse a hervir la leche con 2 cucharadas de azúcar y la ralladura del limón.



Bonita no habrá quedado la foto, pero el "invento" olía a gloria...

Dejé que la leche se templase, y la eché sobre el pan, lo mezclé todo bien, y añadí el queso.

Simone Ortega apunta la posibilidad de triturarlo todo con la minipimer, y así lo hice yo.

Acto seguido, en un bol aparte, batí los huevos con el azúcar restante y la mantequilla fundida, y finalmente lo mezclé todo con el invento anterior (volví a usar la minipimer)

Engrasé y enhariné un molde nuevecito y que en el culo ponía (de hecho pone...)




Home made #sastamente

y vertí la masa de manera que quedase unos 2-3 cm de alta.

Metí la mezcla en el horno precalentado a unos 200º durante un ratín, y tras unos 30 minutos de horno fuerte...



Invento en el horno haciendo "chop-chop"

Cual no sería mi sorpresa, cuando de repente y sin previo aviso, del horno salió...



Quesada afectada por agente patógeno tipo lepra, diseñado más que a propósito, a posta, para echar por tierra todos mis sueños...

Vale, no vamos a echar más leña al fuego, pero la verdad es que de bonita, la foto tiene la servilleta de papel que puse a modo de fondo y que intentaba con poca pericia como se puede comprobar cubrir la vitro...

Cosa más fea de bicho que salió del horno, pero ¿Cómo? ¿Cómo es posible que después de haber seguido fielmente todos los pasos, las cantidades, los tiempos, todo... esto haya salido así? ¿Por qué parece que la pobre Quesada ha sufrido los efectos de la radiación de Chernobyl? ¡¡¿Por qué?!!

Bien, las razones, la RAZÓN en este caso, no fue otra que la de prestarle toda la atención del mundo a la calidad de los ingredientes (leche fresca, mantequilla de la buena, huevos de corral, limones de la huerta y demás...) y "joder" el invento, metiéndolo en un MOLDE DE MIERDA DE 7 EUROS que me compré única y exclusivamente porque me pareció super cuqui que llevase "Home Made" puesto en el culo.

La bromita del "HOME MADE" (y eso que lo enhariné perfectamente) y la calidad del molde, fueron los responsables del ataque de "tiña" de mi pobre Quesada, pero "no señor", a mi no me pillan en otra, la próxima los huevos, del Carrefour, pero ya me estoy empapuciando de todos los moldes, tipos, clases y calidades del mercado, para no volver a meter la pata de esta manera.

Eso sí, fea estará, mejor dicho, estaría, porque siendo sinceros, mi maestra jedi es la más grande, y de cuerpo y de sabor, no imagino mejor quesada que esta, y a la que por tiñosa, espero que no se moleste Simone Ortega haya dónde esté, si la llamo...

QUESADA MERIJELLEN

la Quesada cuya belleza, reside en el interior.

Y sin más y contenta y  feliz camino de ver el 4 episodio de Helix (me encantan los bichos mutados genéticamente) me despido de todos hasta mi próximo invento...

Elena U. Moreno  (todo es ponerse)

lunes, 20 de enero de 2014

Glamourosas Galletas de Chocolate Lady Gin Tonic

Para todos aquellos que no la conozcan (mal que hacen...) Lady Gin Tonic, es una joven bloguera de otro planeta, a la que sus sobrinos comenzaron a llamar así por fastidiar, cuando en realidad, ella hubiese preferido que la llamasen Lady Nutella (le gusta más la Nocilla pero Lady Nutella suena como más italiano...) por su más que afición, AMOR por el chocolate.

Lady Gin Tonic, es una auténtica experta en chocolates, en comprarlos y en comérselos se entiende, y aunque siempre presume de ser hija de repostera, admite sin complejos que más del 30% de sus incursiones en la cocina, han terminado con alguna vecina piadosa apangando el fuego a "trapazos"

No obstante, y haciendo uso de mis malas artes para el engaño, conseguí enredarla lo suficiente como para meterla en la cocina, y preparar con ella una de sus "chuches" favoritas.

Las Glamourosas Galletas de Chocolate Lady Gin Tonic

¿Por qué "glamourosas"?

¿Por qué no? ¿Por qué no va a poder ser una sencilla galleta de chocolate Glamourosa?

Dentro del universo de las galletas, ¿Cuál sería la diferencia entre una galleta glamourosa, y una galleta choni?

Preguntémosle a Lady Gin, que para eso la tenemos aquí.

- Mi siempre querida y admirada Lady, ¿cuál sería la diferencia entre una glamourosa galleta de chocolate, y una galleta de chocolate choni?

- Querida, queridísima Elenita sin H20 recientemente metida a repostera, me llena de orgullo y satisfacción que me hagas esa pregunta, ya que, y por orden de intensidad, primero me preocupa la paz mundial, y acto seguido el grado de distinción entre las galletas...

- Ilústrenos pues Lady Gin

- Veamos, una glamourosa galleta de chocolate, es toda aquella galleta, que como bien diría la mismísima Coco Chanel, no necesita de artificios para triunfar, y se basta y se sobra con su propia esencia, el chocolate, para hacer las delicias de todos.

- ¿Y una galleta de chocolate choni?

- Of course yes querida, un galleta choni, al contrario que una glamourosa galleta, no sólo necesita de todo el artificio posible para triunfar, sino que la mayor parte de las veces, va revestida de fondant, y además, de fondant de mala calidad.

- ¿De mala calidad? ¿Cómo podemos diferenciar un fondant de buena calidad de uno de mala calidad?

- Bien, pues ante la duda...

- Sí, ante la duda...

- La más tetuda, no me fastidies Merijellen y vamos a ponernos con las galletas que ya me está entrando el hambre.

GLAMOUROSAS GALLETAS DE CHOCOLATE LADY GIN TONIC

(Receta "afanada" de un recorte de vaya usted a saber dónde...)

Receta Original en Chamberinglish
Traducida por Elenita sin H2O de @detartasalos40 y de @sintis72 (soy la misma pero en modo bipolar)

Ingredientes como para una docena de galletas así como gorditas y sabrosas o quince si son "esmirriás".

Ingredientes para 12 galletas tamaño mediano.

#sastamente

150 gramos de harina de repostería de esta misma que se compra en el super, véase, cualquier harina sin pretensiones de llegar a pan u hogaza.
150 gramos de harina de repostería.

1 Cucharadita bien servida tirando a cucharaditón de Levadura de esta de Royal de toda la life.
1 Cucharadita colmada de Levadura en polvo.

125 gramos de mantequilla, pero esa sí que sí, que sea de la buena, que las de marca blanca tienen un no se qué a margarina que no sé yo...
125 gramos de mantequilla.

50-60 gramos de azúcar o así pero de la de...                                
50-60 gramos de azúcar joder.

4 Cucharadas de cacao en polvo, y este sí o sí, de este de VALOR sin azúcar, porque además se puede comer a cucharadas y no da tos como el Nesquik que como te despistes acabas...
4 Cucharadas de cacao puro en polvo desgrasado y sin azúcares añadidos, vale venga, de VALOR
Es que no hay otro.
Que sí que vale.
Pues eso.

1 Huevo de los eggs.
1 Huevo.


Foto de los ingredientes, es en blanco y negro porque parece más glamourosa...

Cogemos, dejamos la mantequilla fuera de la nevera un ratito para que se vaya quedando blandita, y mientras, no sé... vemos un ratito la tele, o nos tomamos un piscolabis, o jugamos al Candy Crush, o lo que se tercie...

Cuando veamos que los cachitos van echando algún churrete, que eso es que ya está a punto de estar blandita, le echamos el azúcar, y con unas varillas de estas de toda la vida de Dios, le vamos pegando meneos hasta que la una se integre en la otra y viceversa.

Acto seguido, escacharramos el huevo y lo meneamos con la mezcla hasta que no se note que ha habido un huevo escacharrado.


Foto del momentazo en el que el huevo, ya ha dejado de ser huevo...

Tamizamos (me encanta la palabra tamizar, si por mi fuese estaría tamizando todo el día) la harina y la levadura encima del batiburrillo y seguimos meneando (si se deja con las varillas vale, si no "meterle" mano con la espátula o con algo contundente para mezclar bien) hasta que quede un "invento" lisito y sin grumos.

Y para terminar, abrir el bote de cacao, echar tres, o cuatro, o cinco cucharadas colmadas, y el bote dejarlo abierto por si nos entra hambre o morriña de chocolate mientras se hacen las galletas...


El "invento" con el chocolate incorporado.

Metemos un ratín chiquitín "la cosa" en la nevera (así queda luego menos pringosa) y mientras precalentamos el horno a 180º, vamos empapelando la bandeja del horno con todas las reservas de papel de horno que encontremos en la casa, más que para que las galletas no se peguen, para que la bandeja no se manche, y no nos regañen "los mayores".

Una vez empapelada y blindada la bandeja del horno, sacamos "la cosa" de la nevera, y vamos haciendo bolitas y chafándolas con la palma de la mano para que queden monas y del mismo tamaño, acto seguido las colocamos en la bandeja separaditas para que no se peguen, o se insulten o se amenacen mismamente.


Cosa más "bonica" de galletas por Dios...

Las horneamos unos 20 minutos (siempre se puede comprobar si están en su punto abriendo un poquito el horno y tocándolas con cuidadín con una cucharita, si están muy blandas se dejan un pelín más, y sin no se sacan corriendo para que no muten en ladrillo) y ya...

Los reposteros de postín las suelen dejar encima de rejillas y demás para que se enfríen, en mi caso, y como me las suelo comer yo solita y de una sentada, las pongo en un plato, y me lío a soplar hasta que están templaditas, luego me agarro el litro de leche y un vaso, y me largo para el salón para zampármelas al tiempo que me veo Generación Alien, mi programa favorito...

Bien pues resumiendo, y quedando sinceramente agradecidos al cosmos por la "incursión" de Lady Gin en este post, ambas nos despedimos compartiendo el resultado de nuestro trabajo, y deseándoos a todos, que disfrutéis tanto de las galletas como nosotras, y recordad, en el mundo de la repostería, sobre todo al principio, la alegría de verdad, reside en el camino, y no en la meta...

- No me jodas Merijellen que ahora te has metido a repostera Jedi.

- No coments...


Las Glamourosas Galletas Lady Gin Tonic, en todo su esplendor...

Elena U. Moreno (camino de terapia)
LGTonic (feliz como una perdiz)

lunes, 13 de enero de 2014

Repostera de Incógnito

Y si tengo que ser sincera, bien que me estoy planteando cambiarle el nombre al Blog y ponerle el de este “post”, porque sí, porque lo que yo soy, o al menos lo que era hasta hace bien poquito, es una aprendiz de repostera de incógnito.

Y serán muchos, o en este caso bien poquitos, que son los que de momento comparten mis andanzas por estos lares, los que se pregunten cómo es posible mantener en la sombra una actividad como la repostería.

Esto es relativamente sencillo, si tu mejor amigo, ser humano con el que convives desde hace más de siete años, tiene un nivel de despiste que bien podría convertirle en objeto de estudio, y es capaz de llevarse de tupper al trabajo ese monísimo molde desmoldable con forma de pera limonera que te acabas de comprar, o incluso de interpretar el exceso de mantequillas, harinas, chocolates etc., como un problema hormonal transitorio, similar al que hace un par de años me condujo a llenar la casa de posters de "El Caballero Oscuro".

También es fácil, y aquí viene el origen del psicodrama, cuándo, y siempre por poner un ejemplo, te encuentras con tu jefa el lunes por la mañana, y a la pregunta…

-          ¿Qué tal el fin de semana?

Tú vas y respondes.

-          Fabuloso, el sábado me fui a hacer senderismo con unos amigos por el Pantano de San Juan, y ayer domingo, enterito que me lo pasé traduciendo griego clásico por la mañana, y leyendo Bomarzo de Mújica Lainez por la tarde.

Cuando la realidad es que te lo has pasado comprando víveres conforme las recetas seleccionadas de la Revista Lecturas, la web de Pequerecetas y la web de Webos Fritos, elaborando dichas recetas, probando todas y cada una de ellas para tener material para el Blog, y engordando a las pocas amigas con las que te has sincerado con todos los bizcochos, puddings y plumcakes con los que has experimentado y que han dejado al horno de Arguiñano a la altura del betún.

Tampoco mencionas la excursión a la tienda Casa más cercana resultado de las cual tienes 2 moldes nuevos de silicona para tartas, un molde para cup cakes, y un “tamizador” de harina que te ha costado un “congo”y que en cuanto lo viste, supiste que no podrías vivir sin él.

Y ni mucho menos compartes con nadie el tiempo muerto que has pasado atrincherada en tu dormitorio, fingiendo una terrible jaqueca, cuando en realidad lo que estabas haciendo era leer y releer una y otra vez esas maravillosas recetas de cocina árabe de la joyita de libro que encontraste el miércoles pasado en La Casa del Libro, cuando, y mira tú por dónde, ibas a hacerte con una versión en castellano antiguo de El Conde Lucanor para su traducción y análisis.

Un sinvivir este del incógnito.

Pero ¡¡¿Por qué no confesar que me he enganchado a la repostería?!! ¡¡¿Por qué no admitir que leo la Revista Lecturas?!! ¡¡¿Por qué fingir que sólo veo “Guerra de Cupcakes” cuando plancho, cuando la realidad es que lo hago siempre que puedo?!!

Fácil.

Nacida en 1972, en Madrid, y en el seno de un moderno matriarcado, abuela y madre trabajadoras de sol a sol, a ninguna de las dos, se les pasó jamás por la cabeza, ni regalarme una cocinita de juguete, ni formarme para ser la típica ama de casa, al contrario, me aleccionaron para que jamás de los jamases me importase algo que no tuviese que ver con el desarrollo de mi intelecto: arte, literatura, ciencia, música, tarot (esta es otra historia...)

Mi abuela me regalaba “Bingos” de Juguete, y mi madre “Mecanos” y “Quimicefas” y si alguien les preguntaba qué iba a ser la niña de mayor, siempre le respondían que ingeniero aeroespacial.

El que la niña les saliese guionista y no ingeniero aeroespacial, ya les sentó un poco raro, pero si se hubiesen llegado a enterar (por desgracia ambas fallecieron hace tiempo) que ahora la niña les ha salido cocinillas, no quiero ni pensar el “dramón” por el que estaríamos pasando en estos momentos.

Yo soy fuerte, autónoma, culta, independiente, segura de mí, ni dependo, ni he dependido, ni dependeré jamás de nadie, y todo lo más, me hago la manicura cuando tengo una boda, pero sólo para no engancharme los pantys con los padrastros.

Mis intereses están en otro sitio, no me preocupa lo más mínimo la moda, la cocina es para aquellos a los que le sobra el tiempo y ni que decir tiene, que va a preocuparse por la decoración o por la selección del color de la ropa de cama Rita.

No comprendo la moda de los cupcakes, y me parecen patéticos los que pierden su tiempo leyendo las revistas del corazón.

¡¡¡Mentira!!!

Sí, soy fuerte, sí, soy autónoma y culta, y si me apuras soy la persona más independiente y segura de sí que conozco, pero joder, estoy harta de hacerme la manicura a escondidas, ocultar los ejemplares de la Revista Hola debajo del colchón, y por supuesto, estoy hasta las narices de mentirle a mi jefa y a todo bicho vivienda acerca de lo que he hecho el fin de semana.

Porque lo que he hecho ha sido esto



Manzanas Pink Lady empapuciadas en Brandy. Cocina de alto riesgo. Experiencia Radical

Y el resultado ha sido este




Bizcocho con Manzanas al Brandy recién salido del horno. Olía "pa" morirse, y sabia aún mejor

Pero el fin de semana pasado hice esto otro


Tarta de Queso y Uvas al Moscatel que preparé para Nochevieja en un arranque de valentía sin igual (hasta las 00:00 del 30/12 despepitando uvas...)

Y ni idea de lo que me deparará el que viene.

Sólo se, que paseando hace un par de semanas con una de mis mejores amigas, le confesé que temía estar cambiando, que me preocupaba estar perdiendo neuronas o algo así, y ella, que por algo es una de mis mejores amigas, me comentó que lo mismo no es que estuviese cambiando, que por otra parte formaba parte de mis derechos constitucionales, lo mismo, lo que me estaba, me está ocurriendo, es que estoy dejando de disimular.

Puede que no me halla enterado de nada, puede que lo haya interpretado todo fatal, y sobre todo puede que tenga que dejar de sentirme culpable por invertir mi tiempo en la elaboración de una tarta, en vez de hacerlo en la lectura de un buen libro, porque además, entre otras cosas, en la vida hay tiempo para todo.

He tardado en comprenderlo, pero lo he hecho, así que a Dios gracias, de “repostera de incógnito”, cada vez menos…

Por cierto, el bizcocho de manzanas al Brandy de la Revista Lecturas, “acojonante”, y podéis encontrar la receta y el modus operandi en el especial de POSTRES que publicaron a finales del año pasado. La receta de la Tarta de Queso y Uvas al Moscates, también es la Revista Lecturas, pero en esta ocasión, del especial de recetas navideñas.

Pues eso, que sin más, me despido feliz, y en esta ocasión, camino de ver el primer episodio de True Detective.

Elena U. Moreno

sábado, 11 de enero de 2014

Simone Ortega y los huevos revueltos...

Simone Ortega y los huevos revueltos...

Historia de una revelación.

Para todos aquellos que no lo sepan, que es que hay mucho inculto por ahí, Simone Ortega, no sólo es la autora de libros de cocina más conocida a este lado del charco, su libro 1080 Recetas de Cocina es uno de los más vendidos de España , sino que es la persona que se ha propuesto (en la distancia eso sí) abrirme los ojos ante mi falta total y completa de conocimientos gastronómicos.

Simone Ortega lleva, junto con el Manual de Cocina de la Sección Femenina


Manual de Cocina de la Sección Femenina, no hay otro igual...

 iluminando la historia culinaria de mi casa desde que tengo uso de razón, por lo que, y tras recibir el golpe en la cabeza que hizo que a estas alturas de partido, me metiese a cocinillas, no pude por menos que, tras comprarme todos los monográficos de cocina de la Revista Lecturas (me gustan porque son muy bonitos, y brillan mucho y cuando miras las fotos te entran unas ganas terribles de ponerte a lamer las hojas) acudir a la fuente.

Cuentan en la Introducción de 1080 Recetas de Cocina, que cuando en una ocasión, ya hacia el final de su vida, le preguntaron a Simone Ortega cómo le gustaría ser recordada, contestó: “Como alguien que ha contribuido a mejorar la cocina de todos los días”

De todos los días...

Contribuir a mejorar la cocina de todos los días, de todos y cada uno de los días, y de las tardes, y de las noches... y claro, yo que así de primeras soy una chica bastante crédula y obediente, pensé para mis internas entrañas, que iba a ser esta señora y nadie más, la que me guiase por el camino de baldosas amarillas que conduce hacía el convertir el comer nuestro de cada día en arte, en experiencia, en misticismo...

Simone Ortega, mi Yoda particular.

Así las cosas, y tras experimentar con un par de recetas bastante chulas:

Arroz Hindú con Pasas y Piñones (Receta nº 249) y
Macarrones a la Americana (Receta nº 303)

Decidí curiosa, ver la sencillez con la que mi particular “maestra jedi”, acometía la realización de uno de los platos más sencillos a la par que sabrosos que degustamos todos día sí, día también...

¡HUEVOS REVUELTOS!


Huevos revueltos con su miajita de perejil, que es en sí lo que les da el toque chic

Emocionada como una chiquilla con libro de recetas nuevo, acudí al índice alfabético de recetas, y allí estaban.

HUEVOS REVUELTOS: Manera de hacerlos.

Bien, antes de proseguir con el modus operandi de Simone Ortega, aclarar que pocas semanas antes de que la madre de mi amiga Rocío nos enseñase a ambas a cocinar Spaguettis Carbonara (primer plato que aprendimos a hacer el 50% de personas de mi generación), mi abuela que en paz descanse, me había enseñado a revolver los huevos para o

a) que se quedasen en revueltos y ya

b) que aspirasen a tortilla francesa

Centrémonos de momento en la opción a)

El mecanismo era bien sencillo, y es el que he seguido desde entonces:

1 Se pone un “chorrito” de aceite de oliva a calentar en una sartén*

*de estas de toda la vida, no nos hagamos líos, de las que se compraban en Galerías Preciados y tenían mayor esperanza de vida que las cucarachas.

2 Con el aceite "pelín" caliente, y antes de que comience a humear, que si el aceite humea “chungo”, se cascan los huevos, y o bien se hechan en un plato para batirlos, o bien, y si se anda “atosigado” por la vida, se hechan directamente en la sartén y se “remenean” con una cuchara de madera para que se mezclen y se cuajen.

3 La sal, el queso rallado, el tomate frito, o la biblia en verso, antes, después, o durante el proceso, que para gustos, los colores.

Y siguiendo estos sencillos pasos, era como hasta el día de hoy, yo hacía los huevos revueltos.

¡¡Que desastre!! ¡¡Que incultura!! ¡¡Que faltita de todo!! ¡¡Así no se hacen los huevos revueltos!!

Y el enterarme de esto gracias a la guía y clarividencia de Simone Ortega, y si bien en un primer momento consiguió que me replantease todos y cada uno de los pilares de mi existencia, no sólo me ha hecho más lista, sino que ha confirmado mis ansias por aprender y avanzar en este culinario mundo de emoción e intriga, porque si andaba tan perdida con unos sencillos huevos, que crímenes no habré estado cometiendo contra por ejemplo, qué se yo, el arroz blanco...

Al lío.

Huevos Revueltos: Manera de hacerlos (copiado literalmente de 1080 Recetas de Cocina)

Se cuentan por lo menos 2 huevos por persona, pues los huevos revueltos cunden poco.
Se ponen en un cazo los huevos que se vayan a hacer, según los comensales. Se baten ½ minuto con un tenedor. En seguida se añade la sal, 2 cucharadas soperas de leche fría (por cada 4 huevos), unos 20 g de mantequilla (también para 4 huevos). Se pone el cazo al baño maría (con agua ya muy caliente) encima del fuego y se empieza a mover muy rápidamente con unas varillas, rebañando muy bien los costados del cazo pues es donde se cuajan más deprisa los huevos. Cuando están hechos una crema muy espesa, se separan, pues siguen cuajándose aún fuera del fuego.
Se agrega un chorrito de nata líquida, se mueve bien y se sirve inmediatamente.

Estos, y no los míos, sí que son unos huevos revueltos, y está claro (y cuantas más veces releo la receta más claro me queda) que en cuanto disponga de un par de días de vacaciones extra, y dada la complejidad de la receta, los huevos revueltos, serán lo primero con lo que experimente,

Primero jubilaré la sartén, luego me compraré un cazo que no salga corriendo cuando me vea llegar con las varillas, me haré con un cronómetro huevo de estos de toda la vida


Glamouroso cronómetro huevo de los de toda la vida

para cronometrar el medio minuto de “batida” a toda velocidad (paso de utilizar la aplicación del teléfono que la última vez que lo metí en la cocina acabé pidiendo la portabilidad a Yoigo para que me regalasen uno gratis que sustituyese al que había perdido en el interior del bol de masa para galletas especiadas), e intentaré por supuesto, no olvidarme ni de la mantequilla, ni de la leche, no por supuestísimo, de la nata líquida...

Señor, que haya estado comiendo durante casi 42 años esa “mierda” de huevos “toítos” apachurrados y que yo inocentemente llamaba revueltos, cuando en realidad no llegaban ni a engrudo para los cromos*

*Esto era un invento que se hacía con harina y que utilizábamos todos cuando se nos acababa el Superglú y queríamos seguir pegando los cromos de Mazinger en el álbum.


Que recuerdos...

En fin, un sinvivir, pero un sin vivir fascinante este de las recetas y los fogones...

Para terminar, insistir en que en cuanto tenga un par de días libres, me pondré a ello y lo documentaré.

Sin más, me despido feliz y camino del horno.


Elena U. Moreno.

miércoles, 8 de enero de 2014

PRESENTACIÓN

De Tartas a los 40
Y así de primeras, una muy breve presentación.
Me llamo Elena U.Moreno, el próximo agosto cumpliré 42 años y aunque a estas alturas tendría que estar trabajando para la HBO, no lo estoy haciendo.
¿Por qué? Sencillo, por causas ajenas a mi voluntad, y porque el mercado aún no está preparado para un ingenio como el mío.
Bien, visto lo visto, y a pesar de la profunda depresión que me ocasiona el hecho de no ser la madre que parió a Sexo en New York o a Breaking Bad, podríamos decir que mal que bien, y siempre gracias a mi tremenda inteligencia (inteligencia≠listez) no vivo mal del todo.

Aún en trauma tras visionado del último episodio el día de Nochebuena
No he procreado, y a la familia la tengo desplazada en Baleares, por lo que y si bien esto me sirve para porder quejarme constantemente por la distancia, en realidad lo que consigue es que tenga muy poquitas responsabilidades, y muchísimo tiempo libre.
Tiempo libre…
Muchos matarían por disponer de tiempo libre, y los que lo tenemos, mataríamos por lo contrario, pero está claro, que tanto los unos como los otros, si queremos lo que no tenemos, es simplemente por el principio de “si culo veo culo quiero”.
Seguimos…
41 años, con mucho tiempo libre, con trabajo, no rica pero con capacidad para comprarme un par de bragas por el mero hecho de comprármelas, sin responsabilidades, sin hipoteca, con salud, con inteligencia, guapa (…) doy pena verdad…
¡¡Pues debería de darla!! Que a ver quién es el guapo que se aguanta y se sobrevive a sí mismo teniendo que lidiar con una vanidad del tamaño de la mía.
Pues aún con todo esto, resulta que la crisis de los 40 me afectó más de lo deseable, y a punto estuve de caer en una triste depresión, y digo lo de triste, porque tiene delito el hacerlo sin tener el más mínimo motivo, y conociendo la cantidad de tragedias, que por desgracia, y sobre todo en los últimos tiempos, asolan a la humanidad.
Uhh… tengo 40 y aún no he conseguido vender mi fabulosa serie de la que ya hablaré en sucesivos “posts”.
Pues ajo y agua guapa, que con un canto en los dientes tenías que darte por disfrutar de una situación tan privilegiada como la tuya.
Bragas de colores que me compro cuando me apetece
Ah… pero pensarán algunos, de amores aún no has hablado, y puede que por ahí sí que tengas motivos para deprimirte, pues sí, los tengo, pero ganaditos a pulso, que quien coge y se enamora de un imberbe cuya única finalidad es la de cambiar a todo bicho viviente con el que se topa por no ser capaz de cambiarse a sí mismo, no se merece ni una "miaja" de compasión.
A lo que íbamos, “De Tartas a los 40”.
Hace algún tiempo, leí no recuerdo bien dónde, como una escritora (esta de éxito) había logrado superar una depresión dedicándose a la elaboración de “cupcakes”.
No voy a decir lo que pensé en aquel momento, por si hay algún menor leyéndome, pero sinceramente, me pareció, como poco, la mayor tontería que había leído hasta entonces.
Una tontería tan gorda, que sólo alguien como yo, estaría dispuesta a repetir, y es que si estoy saliendo de esa especie de triste depresión, es gracias, no a los “cupcakes”, que de momento por ahí no me ha dado, sino a las tartas, a las croquetas, a todas las recetas de Simone Ortega, a las de una gran cocinera y tuiteramiga como lo es Sandra Mangas de "La Receta de la Felicidad", a todas y cada unas de las recetas de los monográficos de la Revista Lecturas y a las maravillosas propuestas que “El Cordon Bleu” cuelga en su web*
*A Dios pongo por testigo que de tocarme algún premio, después de comprarme una casita, viajar a Paris y gastar un poco más de la cuenta en YSL, lo siguiente sería hacer el curso completo de Repostería de esta escuela.
Cocinar no sólo ha empezado a relajarme una barbaridad, sino que ha conseguido que aparque mi vanidad durante un ratito, y me conceda la oportunidad de experimentar sin miedo al fracaso, que ya era hora.
¿Una nueva vocación? ¿Un hobby? ¿Una pasión? ¿Una vía de escape? ¿Un golpe en la cabeza?*
*Mi mejor amigo, Sergio, está convencido de que todo esto de la cocina viene de un batacazo que me metí en la cabeza en agosto mientras nos mudábamos de casa.
Pues sinceramente, ni idea, ni sé lo que es, ni se a lo que va a llegar, ni se tan siquiera si es algo temporal y producto de una perimenopausia precoz, lo único que se, es que me apasiona, y que por primera vez en mi vida, estoy dispuesta a invertir mi tiempo en algo en lo que ni me obliguen, ni me obligue a mi misma a triunfar.
Voy a cocinar, voy a aprender a cocinar, voy a acertar, voy a equivocarme, me voy a manchar, voy a poner perdidita la cocina, y por esa mínima vocación de “estrellita” que aún me queda, voy a compartirlo con todos aquellos, que no sólo quieran reírse conmigo y de mí (autorizo para esto último) sino que estén dispuestos a admitir, que al margen de la edad y de las decisiones previamente tomadas, la vida siempre se reserva el derecho de cambiarnos, y además, de hacerlo para bien…
Si bien el cuerpo principal del Blog, estará dedicado al relato y documentación de mis experimentos culinarios (empezando por “La Cosa de Reyes”)

"La Cosa de Reyes" protagonizará el primer "post". Sólo adelantar que iba para Roscón, y que la península independentista del sur, alberga en su interior una sorpresa en forma de Rana que a mi entender fue la responsable de la desaparición del agujero.
 también tendrán cabida otras cosas que se me pasen por la cabeza, o por donde sea, por ejemplo, que me voy de compras y compruebo que tras la última dieta, las rodillas se me han quedado como se le quedaron a Melanie Griffith cuando abandonó por decimoséptima vez los analgésicos, pues voy y me saco un par de fotos a las rodillas, y me solidarizo con todas aquellas que como consecuencia de los kilos perdidos con el Bimanan Pro, estén experimentando lo mismo que yo.

Rodillas de Melanie Griffith (...)
Pues eso, que sin más, sed pues todos bienvenidos a “De Tartas a los 40”
PD: De momento sólo me salen bien las tartas y las croquetas, de ahí el título del Blog, “De Croquetas a los 40” no quedaba tan glamouroso. Si en una temporadita consigo que las madalenas me queden, mínimo “comibles”, me replantearé cambiarle el nombre al invento.