martes, 4 de febrero de 2014

Bizcocho de sémola con yogur y limón

En mi afán por terminar redonda y oronda, y no contenta con haber sobrevivido al pantagruélico atracón del domingo por la tarde y que consistió en:

De 1º Buñuelos de Plátano made in mi amiga Marisa (que están que te mueres y protagonizarán su propio post en breve)

De 2º Leche Frita made in "la moi"

De 3º Bizcocho de Arbequina made in un recetario de promoción de aceites que encontré en un cajón del despacho y que a saber...




y teniendo en cuenta que mi nivel de adicción, más que al dulce, a su elaboración y difusión (soy como un terrible virus de la gordura que si se me deja suelto arraso con la humanidad en 2 telediarios...) rebasa, y rebosa cual lorza lo admitido por la ciencia, no habíamos llegado a las 19:00 de la tarde de hoy, cuando ya estaba hojeando a escondidas una maravillosa joyita de libro de Ediciones Tikal, y que me compre en La Casa del Libro en Navidad.




El libro en cuestión, ya había sido estrenado hace un par de semanas con la ejecución de un suculento pastel de dátiles con nueces que no sólo hizo las delicias de mis amigas, sino que las hizo ganar algún que otro gramo...  pero la verdad es que luego, me puse a bloguear, a comprar libros franceses y de la sección femenina, y como que le deje postergado a un segundo plano, que ciertamente, no merece.

El bizcocho que ha llamado mi atención esta tarde y que titula el post, no sólo tiene una pinta fabulosa (todos los bizcochos, tartas y demás tienen una pinta fabulosa en foto...) sino que me ha parecido muy original, tanto, que no creo que aguante hasta el fin de semana para prepararlo.

Los ingredientes del invento para 8 o 10 raciones son:

- 1 limón

- 50 g de mantequilla

- 500 g de sémola fina (que esto es lo que me ha encantado porque me pirra la sémola)

- 400 g de azúcar

- 1 sobrecito de levadura química

- 450 g de yogur griego (y yo los yogures, como diría mi abuela, de la cabeza un tiñoso...)

- 1 cucharadita de extracto de vainilla

-  2 cucharadas de agua de rosas (que esto ya veremos dónde la compro, o por qué la puedo sustituir...)

- 2 huevos

- 50 g de pistachos sin sal




Y el modus operandi es:

Se ralla finamente el limón, y se le extrae el zumo.

Se funde en un cazo la mantequilla a fuego muy suave.

En una ensaladera, se mezcla la sémola con la ralladura de limón, la levadura y 150 g de azúcar. A continuación se añaden el yogur, la vainilla y 1 cucharada de agua de rosas.

Se mezcla bien, y se incorporan los huevos.

Se forra con papel sulfurizado, o se engrasa un molde de unos 22 cm de diámetro.

Se vierte la preparación en el molde y se hornea a unos 160ºC durante unos 45 minutos, hasta que se dore bien.

Durante el tiempo de horneado, se tuestan los pistachos en una sartén antiadherente y se reservan.

Se prepara un almíbar poniendo en un cazo el resto del azúcar junto con el zumo de limón, el resto del agua de rosas y 25 cl. de agua. Se calienta la mezcla para que se funda el azúcar y se lleva a ebullición. Se continúa la cocción hasta que el almíbar espese un poco y se adhiera la cuchara. Se deja enfriar.

Cuando el bizcocho esté cocido, se vierte por encima el almíbar, se deja enfriar y se decora con los pistachos tostados.

En realidad, no creo que pase de mañana mismo el que me ponga a ello en cuanto regrese del trabajo, pero no podía esperar para compartir esta receta, porque insisto, aparte de tener una pinta deliciosa, me ha parecido muy original.




Y como en el anterior post, en el que os recomendaba que si os era posible adquirieseis el libro de "À la mère de famille", no puedo despedir este, sin insistir en que no dejéis pasar la oportunidad de haceros con esta joyita de repostería oriental, que en serio, no tiene desperdicio y si mal no recuerdo, no llegaba a los 10 euros.

Y sin más, me despido feliz y camino de ver el 5º episodio de Helix (1º las tartas, 2º los agentes patógenos manipulados genéticamente)

Elena U. Moreno.

2 comentarios:

  1. Yo soy un gordo encubierto,así que si necesitas ayuda para arrasar la humanidad a base de comernos todo lo comestible que haya por el camino,cuenta conmigo,que estas cosas en compañía se hacen mejor.
    Y hablando del bizcocho,la verdad es que conforme estaba leyendo la receta iba salivando,así que tiene que estar buenísima.
    Besos!!

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    1. Ay Jorge, que lo hice el sábado (de hecho tuitee la foto del bicho así que puedes verla) y la pinta de escaparate, pero que lo que salió fue un bizcocho de cous-cous, véase, al contrario que la quesada, este "mu" mono, pero más áspero que una alpargata...
      Un abrazo.

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