De Tartas a los
40
Y así de
primeras, una muy breve presentación.
Me llamo Elena
U.Moreno, el próximo agosto cumpliré 42 años y aunque a estas
alturas tendría que estar trabajando para la HBO, no lo estoy
haciendo.
¿Por qué?
Sencillo, por causas ajenas a mi voluntad, y porque el mercado aún
no está preparado para un ingenio como el mío.
Bien, visto lo
visto, y a pesar de la profunda depresión que me ocasiona el hecho
de no ser la madre que parió a Sexo en New York o a Breaking Bad,
podríamos decir que mal que bien, y siempre gracias a mi tremenda
inteligencia (inteligencia≠listez) no vivo mal del todo.
Aún en trauma tras visionado del último episodio el día de Nochebuena
No he procreado,
y a la familia la tengo desplazada en Baleares, por lo que y si bien
esto me sirve para porder quejarme constantemente por la distancia, en
realidad lo que consigue es que tenga muy poquitas responsabilidades,
y muchísimo tiempo libre.
Tiempo libre…
Muchos matarían
por disponer de tiempo libre, y los que lo tenemos, mataríamos por
lo contrario, pero está claro, que tanto los unos como los otros, si
queremos lo que no tenemos, es simplemente por el principio de “si
culo veo culo quiero”.
Seguimos…
41 años, con
mucho tiempo libre, con trabajo, no rica pero con capacidad para
comprarme un par de bragas por el mero hecho de comprármelas, sin
responsabilidades, sin hipoteca, con salud, con inteligencia, guapa
(…) doy pena verdad…
¡¡Pues debería
de darla!! Que a ver quién es el guapo que se aguanta y se sobrevive a sí mismo teniendo que lidiar con una vanidad del tamaño de la mía.
Pues aún con
todo esto, resulta que la crisis de los 40 me afectó más de lo
deseable, y a punto estuve de caer en una triste depresión, y digo
lo de triste, porque tiene delito el hacerlo sin tener el más mínimo
motivo, y conociendo la cantidad de tragedias, que por desgracia, y
sobre todo en los últimos tiempos, asolan a la humanidad.
Uhh… tengo 40 y
aún no he conseguido vender mi fabulosa serie de la que ya hablaré
en sucesivos “posts”.
Pues ajo y agua
guapa, que con un canto en los dientes tenías que darte por
disfrutar de una situación tan privilegiada como la tuya.
Bragas de colores que me compro cuando me apetece
Ah… pero
pensarán algunos, de amores aún no has hablado, y puede que por ahí
sí que tengas motivos para deprimirte, pues sí, los tengo, pero
ganaditos a pulso, que quien coge y se enamora de un imberbe cuya
única finalidad es la de cambiar a todo bicho viviente con el que se topa por no ser capaz de cambiarse a sí mismo, no se merece ni una "miaja" de compasión.
A lo que íbamos,
“De Tartas a los 40”.
Hace algún
tiempo, leí no recuerdo bien dónde, como una escritora (esta de
éxito) había logrado superar una depresión dedicándose a la
elaboración de “cupcakes”.
No voy a decir lo
que pensé en aquel momento, por si hay algún menor leyéndome, pero
sinceramente, me pareció, como poco, la mayor tontería que había
leído hasta entonces.
Una tontería tan
gorda, que sólo alguien como yo, estaría dispuesta a repetir, y es
que si estoy saliendo de esa especie de triste depresión, es
gracias, no a los “cupcakes”, que de momento por ahí no me ha
dado, sino a las tartas, a las croquetas, a todas las recetas de
Simone Ortega, a las de una gran cocinera y tuiteramiga como lo es
Sandra Mangas de "La Receta de la Felicidad", a todas y cada unas de las recetas de los monográficos de
la Revista Lecturas y a las maravillosas propuestas que “El Cordon
Bleu” cuelga en su web*
*A Dios pongo por
testigo que de tocarme algún premio, después de comprarme una
casita, viajar a Paris y gastar un poco más de la cuenta en YSL, lo
siguiente sería hacer el curso completo de Repostería de esta
escuela.
Cocinar no sólo
ha empezado a relajarme una barbaridad, sino que ha conseguido que
aparque mi vanidad durante un ratito, y me conceda la oportunidad de
experimentar sin miedo al fracaso, que ya era hora.
¿Una nueva
vocación? ¿Un hobby? ¿Una pasión? ¿Una vía de escape? ¿Un
golpe en la cabeza?*
*Mi mejor amigo, Sergio, está convencido de que todo esto de la cocina viene de un batacazo que me metí en la cabeza en agosto mientras nos mudábamos de casa.
Pues
sinceramente, ni idea, ni sé lo que es, ni se a lo que va a llegar,
ni se tan siquiera si es algo temporal y producto de una
perimenopausia precoz, lo único que se, es que me apasiona, y que
por primera vez en mi vida, estoy dispuesta a invertir mi tiempo en algo en lo que ni me obliguen, ni me obligue a mi misma a triunfar.
Voy a cocinar,
voy a aprender a cocinar, voy a acertar, voy a equivocarme, me voy a manchar, voy a poner perdidita la cocina, y por esa
mínima vocación de “estrellita” que aún me queda, voy a
compartirlo con todos aquellos, que no sólo quieran reírse conmigo
y de mí (autorizo para esto último) sino que estén dispuestos a
admitir, que al margen de la edad y de las decisiones previamente
tomadas, la vida siempre se reserva el derecho de cambiarnos, y
además, de hacerlo para bien…
Si bien el cuerpo
principal del Blog, estará dedicado al relato y documentación de
mis experimentos culinarios (empezando por “La Cosa de Reyes”)
"La Cosa de Reyes" protagonizará el primer "post". Sólo adelantar que iba para Roscón, y que la península independentista del sur, alberga en su interior una sorpresa en forma de Rana que a mi entender fue la responsable de la desaparición del agujero.
también tendrán cabida otras cosas que se me pasen por la cabeza, o
por donde sea, por ejemplo, que me voy de compras y compruebo que
tras la última dieta, las rodillas se me han quedado como se le
quedaron a Melanie Griffith cuando abandonó por decimoséptima vez
los analgésicos, pues voy y me saco un par de fotos a las rodillas,
y me solidarizo con todas aquellas que como consecuencia de los kilos
perdidos con el Bimanan Pro, estén experimentando lo mismo que yo.
Rodillas de Melanie Griffith (...)
Pues eso, que sin más, sed pues todos
bienvenidos a “De Tartas a los 40”
PD: De momento
sólo me salen bien las tartas y las croquetas, de ahí el título
del Blog, “De Croquetas a los 40” no quedaba tan glamouroso. Si
en una temporadita consigo que las madalenas me queden, mínimo
“comibles”, me replantearé cambiarle el nombre al invento.
Que divertida y simpática lectura. Lo de las croquetas a los 40, no me desagrada. Le da el punto irónico de tu nueva meta.
ResponderEliminarMe alegra que te haya divertido, que para eso, y no para otra cosa, he "parido" el invento...
EliminarRespecto a las croquetas, no se que decirte, me lo pensaré.
Muchas gracias por tu comentario Cristina.
Elena.
Yuhuu ^^
ResponderEliminarLa comida mexicana, y el "buttercream" te los dejo a ti...
EliminarHabía pensado en "cocinero antes que fraile" pero ese será nuestro primer restaurante si mal no recuerdo.
Bssssssss
Me encanta que pongas nuestro "primer" restaurante... El comienzo para muhos otros restaurantes :)
ResponderEliminarY franquicias, y camisetas con el logo, y tiendas propias de "mariconadas" para el "buttercream", y el set completo de maquillaje de la Barbie... y una sección especial de dulces de conventos (por lo del turbio pasado)
EliminarÁgil, rápido y divertido como tú me ha parecido este texto. Qué suerte tienes con las croquetas porque hoy las he hecho por primera vez en mi vida (y paso de los 40....... porque ya voy por los "taitantos"), bueno, que me han quedado bien de sabor pero un desastre en la forma.
ResponderEliminarLa próxima vez, en vez de tarta, os llevo croquetas ¿de Idiazabal con Avellanas?
EliminarUn abrazo "mu" fuerte VIAJERA...