Simone Ortega y los huevos revueltos...
Historia de una revelación.
Para todos aquellos que no lo sepan,
que es que hay mucho inculto por ahí, Simone Ortega, no sólo es la
autora de libros de cocina más conocida a este lado del charco, su
libro 1080 Recetas de Cocina es uno de los más vendidos de España ,
sino que es la persona que se ha propuesto (en la distancia eso sí)
abrirme los ojos ante mi falta total y completa de conocimientos
gastronómicos.
Simone Ortega lleva, junto con el
Manual de Cocina de la Sección Femenina
Manual de Cocina de la Sección Femenina, no hay otro igual...
iluminando la historia
culinaria de mi casa desde que tengo uso de razón, por lo que, y
tras recibir el golpe en la cabeza que hizo que a estas alturas de
partido, me metiese a cocinillas, no pude por menos que, tras
comprarme todos los monográficos de cocina de la Revista Lecturas
(me gustan porque son muy bonitos, y brillan mucho y cuando miras las
fotos te entran unas ganas terribles de ponerte a lamer las hojas)
acudir a la fuente.
Cuentan en la Introducción de 1080
Recetas de Cocina, que cuando en una ocasión, ya hacia el final de
su vida, le preguntaron a Simone Ortega cómo le gustaría ser
recordada, contestó: “Como alguien que ha contribuido a mejorar la
cocina de todos los días”
De todos los días...
Contribuir a mejorar la cocina de todos
los días, de todos y cada uno de los días, y de las tardes, y de
las noches... y claro, yo que así de primeras soy una chica
bastante crédula y obediente, pensé para mis internas entrañas,
que iba a ser esta señora y nadie más, la que me guiase por el camino de baldosas
amarillas que conduce hacía el convertir el comer nuestro de cada
día en arte, en experiencia, en misticismo...
Simone Ortega, mi Yoda particular.
Así las cosas, y tras experimentar con
un par de recetas bastante chulas:
Arroz Hindú con Pasas y Piñones
(Receta nº 249) y
Macarrones a la Americana (Receta nº
303)
Decidí curiosa, ver la sencillez con
la que mi particular “maestra jedi”, acometía la realización de
uno de los platos más sencillos a la par que sabrosos que
degustamos todos día sí, día también...
¡HUEVOS REVUELTOS!
Huevos revueltos con su miajita de perejil, que es en sí lo que les da el toque chic
Emocionada como una chiquilla con libro
de recetas nuevo, acudí al índice alfabético de recetas, y allí
estaban.
HUEVOS REVUELTOS: Manera de hacerlos.
Bien, antes de proseguir con el modus
operandi de Simone Ortega, aclarar que pocas semanas antes de que la
madre de mi amiga Rocío nos enseñase a ambas a cocinar Spaguettis
Carbonara (primer plato que aprendimos a hacer el 50% de personas de mi
generación), mi abuela que en paz descanse, me había enseñado a
revolver los huevos para o
a) que se quedasen en revueltos y ya
b) que aspirasen a tortilla francesa
Centrémonos de momento en la opción
a)
El mecanismo era bien sencillo, y es el
que he seguido desde entonces:
1 Se pone un “chorrito” de aceite de
oliva a calentar en una sartén*
*de estas de toda la vida, no nos
hagamos líos, de las que se compraban en Galerías Preciados y
tenían mayor esperanza de vida que las cucarachas.
2 Con el aceite "pelín" caliente, y antes de que comience a humear, que si el aceite humea
“chungo”, se cascan los huevos, y o bien se hechan en un plato para
batirlos, o bien, y si se anda “atosigado” por la vida, se hechan directamente en la sartén y se “remenean” con una cuchara de
madera para que se mezclen y se cuajen.
3 La sal, el queso rallado, el tomate
frito, o la biblia en verso, antes, después, o durante el proceso,
que para gustos, los colores.
Y siguiendo estos sencillos pasos, era
como hasta el día de hoy, yo hacía los huevos revueltos.
¡¡Que desastre!! ¡¡Que incultura!!
¡¡Que faltita de todo!! ¡¡Así no se hacen los huevos revueltos!!
Y el enterarme de esto gracias a la
guía y clarividencia de Simone Ortega, y si bien en un primer
momento consiguió que me replantease todos y cada uno de los pilares
de mi existencia, no sólo me ha hecho más lista, sino que ha confirmado mis ansias por aprender y avanzar en este culinario mundo de
emoción e intriga, porque si andaba tan perdida con unos sencillos huevos, que crímenes no habré estado cometiendo contra por ejemplo, qué se yo, el arroz blanco...
Al lío.
Huevos Revueltos: Manera de hacerlos
(copiado literalmente de 1080 Recetas de Cocina)
Se cuentan por lo menos 2 huevos por
persona, pues los huevos revueltos cunden poco.
Se ponen en un cazo los huevos que se
vayan a hacer, según los comensales. Se baten ½ minuto con un
tenedor. En seguida se añade la sal, 2 cucharadas soperas de leche
fría (por cada 4 huevos), unos 20 g de mantequilla (también para 4
huevos). Se pone el cazo al baño maría (con agua ya muy caliente)
encima del fuego y se empieza a mover muy rápidamente con unas
varillas, rebañando muy bien los costados del cazo pues es donde se
cuajan más deprisa los huevos. Cuando están hechos una crema muy
espesa, se separan, pues siguen cuajándose aún fuera del fuego.
Se agrega un chorrito de nata líquida,
se mueve bien y se sirve inmediatamente.
Estos, y no los míos, sí que son unos
huevos revueltos, y está claro (y cuantas más veces releo la receta
más claro me queda) que en cuanto disponga de un par de días de
vacaciones extra, y dada la complejidad de la receta, los huevos
revueltos, serán lo primero con lo que experimente,
Primero jubilaré la sartén, luego me
compraré un cazo que no salga corriendo cuando me vea llegar con las
varillas, me haré con un cronómetro huevo de estos de toda la vida
Glamouroso cronómetro huevo de los de toda la vida
para cronometrar el medio minuto de “batida” a toda velocidad
(paso de utilizar la aplicación del teléfono que la última vez que
lo metí en la cocina acabé pidiendo la portabilidad a Yoigo para
que me regalasen uno gratis que sustituyese al que había perdido en
el interior del bol de masa para galletas especiadas), e intentaré
por supuesto, no olvidarme ni de la mantequilla, ni de la leche, no
por supuestísimo, de la nata líquida...
Señor, que haya estado comiendo
durante casi 42 años esa “mierda” de huevos “toítos”
apachurrados y que yo inocentemente llamaba revueltos, cuando en
realidad no llegaban ni a engrudo para los cromos*
*Esto era un invento que se hacía con
harina y que utilizábamos todos cuando se nos acababa el Superglú y
queríamos seguir pegando los cromos de Mazinger en el álbum.
Que recuerdos...
En fin, un sinvivir, pero un sin
vivir fascinante este de las recetas y los fogones...
Para terminar, insistir en que en
cuanto tenga un par de días libres, me pondré a ello y lo
documentaré.
Sin más, me despido feliz y camino del horno.
Elena U. Moreno.
Querida amiga... Tengo un disgusto de muerte... Yo tambien hago los huevos revueltos como tu los hacias...
ResponderEliminarPero que sepas que ayer hice pizza casera (masa incluida) y ya que amasaba y ponia el horno hice bollos preñaos ^^
Besitoooos
Querida amiga... Me apena profundamente el morrocotudo disgusto que te he dado. Por otra parte, me llena de orgullo y satisfacción, el hecho de que ya seas lo suficientemente mayor, como para que te dejen sola en la cocina con un rodillo, ya que de todos es conocido, que a los rodillos, les carga el diablo...
EliminarPor cierto, aprovecho la ocasión para abrirte las puertas del Blog para compartir todo aquello que consideres oportuno, como por ejemplo, tu fabulosa receta de "pico de gallo" o la del invento aquel que hacías con limón y leche Ideal.
Bssssssssssssssssssssssssssssss
Elena Francis.
Me acabo de dar cuenta que nunca he comido huevos revueltos,los de verdad,los de Simone Ortega.
ResponderEliminarTodos estos años engañado,comiendo ese sucedaneo de huevos revueltos.
Pues yo sigo sin hacerlo, que con toda la operativa que hay que organizar, esperaré a verano...
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