sábado, 11 de enero de 2014

Simone Ortega y los huevos revueltos...

Simone Ortega y los huevos revueltos...

Historia de una revelación.

Para todos aquellos que no lo sepan, que es que hay mucho inculto por ahí, Simone Ortega, no sólo es la autora de libros de cocina más conocida a este lado del charco, su libro 1080 Recetas de Cocina es uno de los más vendidos de España , sino que es la persona que se ha propuesto (en la distancia eso sí) abrirme los ojos ante mi falta total y completa de conocimientos gastronómicos.

Simone Ortega lleva, junto con el Manual de Cocina de la Sección Femenina


Manual de Cocina de la Sección Femenina, no hay otro igual...

 iluminando la historia culinaria de mi casa desde que tengo uso de razón, por lo que, y tras recibir el golpe en la cabeza que hizo que a estas alturas de partido, me metiese a cocinillas, no pude por menos que, tras comprarme todos los monográficos de cocina de la Revista Lecturas (me gustan porque son muy bonitos, y brillan mucho y cuando miras las fotos te entran unas ganas terribles de ponerte a lamer las hojas) acudir a la fuente.

Cuentan en la Introducción de 1080 Recetas de Cocina, que cuando en una ocasión, ya hacia el final de su vida, le preguntaron a Simone Ortega cómo le gustaría ser recordada, contestó: “Como alguien que ha contribuido a mejorar la cocina de todos los días”

De todos los días...

Contribuir a mejorar la cocina de todos los días, de todos y cada uno de los días, y de las tardes, y de las noches... y claro, yo que así de primeras soy una chica bastante crédula y obediente, pensé para mis internas entrañas, que iba a ser esta señora y nadie más, la que me guiase por el camino de baldosas amarillas que conduce hacía el convertir el comer nuestro de cada día en arte, en experiencia, en misticismo...

Simone Ortega, mi Yoda particular.

Así las cosas, y tras experimentar con un par de recetas bastante chulas:

Arroz Hindú con Pasas y Piñones (Receta nº 249) y
Macarrones a la Americana (Receta nº 303)

Decidí curiosa, ver la sencillez con la que mi particular “maestra jedi”, acometía la realización de uno de los platos más sencillos a la par que sabrosos que degustamos todos día sí, día también...

¡HUEVOS REVUELTOS!


Huevos revueltos con su miajita de perejil, que es en sí lo que les da el toque chic

Emocionada como una chiquilla con libro de recetas nuevo, acudí al índice alfabético de recetas, y allí estaban.

HUEVOS REVUELTOS: Manera de hacerlos.

Bien, antes de proseguir con el modus operandi de Simone Ortega, aclarar que pocas semanas antes de que la madre de mi amiga Rocío nos enseñase a ambas a cocinar Spaguettis Carbonara (primer plato que aprendimos a hacer el 50% de personas de mi generación), mi abuela que en paz descanse, me había enseñado a revolver los huevos para o

a) que se quedasen en revueltos y ya

b) que aspirasen a tortilla francesa

Centrémonos de momento en la opción a)

El mecanismo era bien sencillo, y es el que he seguido desde entonces:

1 Se pone un “chorrito” de aceite de oliva a calentar en una sartén*

*de estas de toda la vida, no nos hagamos líos, de las que se compraban en Galerías Preciados y tenían mayor esperanza de vida que las cucarachas.

2 Con el aceite "pelín" caliente, y antes de que comience a humear, que si el aceite humea “chungo”, se cascan los huevos, y o bien se hechan en un plato para batirlos, o bien, y si se anda “atosigado” por la vida, se hechan directamente en la sartén y se “remenean” con una cuchara de madera para que se mezclen y se cuajen.

3 La sal, el queso rallado, el tomate frito, o la biblia en verso, antes, después, o durante el proceso, que para gustos, los colores.

Y siguiendo estos sencillos pasos, era como hasta el día de hoy, yo hacía los huevos revueltos.

¡¡Que desastre!! ¡¡Que incultura!! ¡¡Que faltita de todo!! ¡¡Así no se hacen los huevos revueltos!!

Y el enterarme de esto gracias a la guía y clarividencia de Simone Ortega, y si bien en un primer momento consiguió que me replantease todos y cada uno de los pilares de mi existencia, no sólo me ha hecho más lista, sino que ha confirmado mis ansias por aprender y avanzar en este culinario mundo de emoción e intriga, porque si andaba tan perdida con unos sencillos huevos, que crímenes no habré estado cometiendo contra por ejemplo, qué se yo, el arroz blanco...

Al lío.

Huevos Revueltos: Manera de hacerlos (copiado literalmente de 1080 Recetas de Cocina)

Se cuentan por lo menos 2 huevos por persona, pues los huevos revueltos cunden poco.
Se ponen en un cazo los huevos que se vayan a hacer, según los comensales. Se baten ½ minuto con un tenedor. En seguida se añade la sal, 2 cucharadas soperas de leche fría (por cada 4 huevos), unos 20 g de mantequilla (también para 4 huevos). Se pone el cazo al baño maría (con agua ya muy caliente) encima del fuego y se empieza a mover muy rápidamente con unas varillas, rebañando muy bien los costados del cazo pues es donde se cuajan más deprisa los huevos. Cuando están hechos una crema muy espesa, se separan, pues siguen cuajándose aún fuera del fuego.
Se agrega un chorrito de nata líquida, se mueve bien y se sirve inmediatamente.

Estos, y no los míos, sí que son unos huevos revueltos, y está claro (y cuantas más veces releo la receta más claro me queda) que en cuanto disponga de un par de días de vacaciones extra, y dada la complejidad de la receta, los huevos revueltos, serán lo primero con lo que experimente,

Primero jubilaré la sartén, luego me compraré un cazo que no salga corriendo cuando me vea llegar con las varillas, me haré con un cronómetro huevo de estos de toda la vida


Glamouroso cronómetro huevo de los de toda la vida

para cronometrar el medio minuto de “batida” a toda velocidad (paso de utilizar la aplicación del teléfono que la última vez que lo metí en la cocina acabé pidiendo la portabilidad a Yoigo para que me regalasen uno gratis que sustituyese al que había perdido en el interior del bol de masa para galletas especiadas), e intentaré por supuesto, no olvidarme ni de la mantequilla, ni de la leche, no por supuestísimo, de la nata líquida...

Señor, que haya estado comiendo durante casi 42 años esa “mierda” de huevos “toítos” apachurrados y que yo inocentemente llamaba revueltos, cuando en realidad no llegaban ni a engrudo para los cromos*

*Esto era un invento que se hacía con harina y que utilizábamos todos cuando se nos acababa el Superglú y queríamos seguir pegando los cromos de Mazinger en el álbum.


Que recuerdos...

En fin, un sinvivir, pero un sin vivir fascinante este de las recetas y los fogones...

Para terminar, insistir en que en cuanto tenga un par de días libres, me pondré a ello y lo documentaré.

Sin más, me despido feliz y camino del horno.


Elena U. Moreno.

4 comentarios:

  1. Querida amiga... Tengo un disgusto de muerte... Yo tambien hago los huevos revueltos como tu los hacias...
    Pero que sepas que ayer hice pizza casera (masa incluida) y ya que amasaba y ponia el horno hice bollos preñaos ^^
    Besitoooos

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    1. Querida amiga... Me apena profundamente el morrocotudo disgusto que te he dado. Por otra parte, me llena de orgullo y satisfacción, el hecho de que ya seas lo suficientemente mayor, como para que te dejen sola en la cocina con un rodillo, ya que de todos es conocido, que a los rodillos, les carga el diablo...
      Por cierto, aprovecho la ocasión para abrirte las puertas del Blog para compartir todo aquello que consideres oportuno, como por ejemplo, tu fabulosa receta de "pico de gallo" o la del invento aquel que hacías con limón y leche Ideal.
      Bssssssssssssssssssssssssssssss
      Elena Francis.

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  2. Me acabo de dar cuenta que nunca he comido huevos revueltos,los de verdad,los de Simone Ortega.
    Todos estos años engañado,comiendo ese sucedaneo de huevos revueltos.

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    1. Pues yo sigo sin hacerlo, que con toda la operativa que hay que organizar, esperaré a verano...

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